Más de 2 mil 700 nacimientos en adolescentes en Sonora
Cajeme el municipio con más en menores de 15 años
Cajeme es el municipio de Sonora que durante 2020 registró más nacimientos en adolescentes menores de 15 años, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Información, Estadística y Geográfica (INEGI), previo al Día mundial para la prevención del embarazo no planificado en adolescentes el 26 de septiembre.
Susana fue mamá a los 16 años, cuando se encontraba a la mitad de la preparatoria en Hermosillo, tenía miedo, confusión, ya que no era algo que deseaba en ese momento, 17 años después señala que es importante que las adolescentes tomen precauciones, no porque sea algo malo o del otro mundo, si no que primero deben aprender a cuidarse y atenderse a ellas mismas.
En Sonora durante 2020, hubo 2 mil 760 embarazos en mujeres menores de 15 y hasta los 19 años, edad que según la Organización Mundial de la Salud aún son adolescentes.
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Los datos además detallan que, en 2020, los nacimientos en mamás adolescentes incrementaron de forma considerable en comparación con otros años, ya que en 2019 fueron mil 107, por lo que la cifra es casi el doble.
“Mi familia cuando les dije me abrazaron y me apoyaron desde el primer día y hasta ahora, les agradezco infinitamente que me hayan instruido y mostrado el camino. Si no hubiera sido por mis padres y mi hermana, no hubiera logrado nada. Fueron y serán mi apoyo y mi inspiración de querer ser mejor persona y más que nada, mejor mamá”, comentó Susana.
Los nacimientos en mamás menores de 15 años, se concentran en 13 municipios de Sonora: Cajeme con cinco, Nogales con tres, Hermosillo, Empalme, Agua Prieta, Etchojoa con dos cada municipio y Caborca, Guaymas, Huatabampo, Nacozari, Navojoa, Peñasco y Rosario con uno cada localidad.
De la edad de 15 a19 años se registraron un total de 2 mil 735 nacimientos en adolescentes, la mayoría en Hermosillo con 502, seguido de Cajeme con 422, Nogales 298, Navojoa 222 y San Luis Río Colorado con 209.
De acuerdo al INEGI el embarazo adolescente, además de los riesgos físicos que conlleva, reduce oportunidades educativas en las mujeres, lo que a su vez genera condiciones precarias de empleo y salarios, las expone a sufrir violencia por parte de sus parejas y a ser vulnerables a una mayor dependencia en general.
“Fue muy difícil ser mamá porque yo no sabía a lo que me enfrentaba. Yo era responsable de una persona a corta edad, y empezar a buscar trabajo, cosa que es difícil cuando eres menor de edad. Fue muy difícil cuando se enfermaba, no sabía qué hacer, me desesperaba mucho”, relató Susana.